Como parte del primer trabajo curatorial de Pedro Gadahno, este 12 de Septiembre se presenta en el Museum of Modern Art la exposición ‘Ways of Being Political’; de la cual forma parte «IKEA Disobedients», la performance que Andrés Jaque Architects presentó en el evento «Performance y Arquitectura» comisariado por Ariadna Cantis en Tabacalera en Noviembre de este año.
La pieza se conforma por una pila de muebles de IKEA armados desobedeciendo las instrucciones que provee el fabricante, que construye una serie de espacios domésticos en donde se pinta un retrato de unos personajes pintorescos que performan lo que hacen de manera cotidiana: una señora cocina caldo de jamón, una chica se arregla, y otros tocan la guitarra, estudian, cantan o hacen ejercicio. Un manifiesto acompaña la instalación y la posiciona ideológicamente: la vida cotidiana no son familias rubias, jóvenes y perfectas.
La pieza pasa a formar parte de la colección de arquitectura del museo, y se trata de la primera ocasión que el museo adquiere una «situación» para la colección de arquitectura.
MANIFIESTO IKEA DISOBEDIENTS
IKEA diseña sociedades.
El 98% de las personas que aparecen en el catálogo Español de IKEA son jóvenes.
El 92% son rubias.
Todos viven en familia.
Todos producen niños.
IKEA trabaja para hacer que los espacios familiares sean el centro de la interacción social, espacios familiares soleados, felices y despolitizados habitados por personas sanas, jóvenes, productoras de niños y satisfechas. Pero en el día a día lo doméstico se construye de muchas otras maneras:
No todos somos sanos.
No todos somos jóvenes.
No todos producimos niños.
En los dos últimos años, Aurora ha vivido en Etiopia, Camboya y Turquía como voluntaria en proyectos de desarrollo. Ahora vive con su novia en un piso compartido con 4 personas más en el centro de Madrid. En estos años, nunca ha vivido en un entorno concebido como familiar y sin embargo ha formado parte de domesticidades donde el afecto y la reciprocidad se daba entre personas con pasados diferentes.
Daniel vive en un piso compartido en Sol. Todos los días pasa más de una hora en el gimnasio. Es usuario de plataformas online en las que gestiona relaciones de amistad, afecto y sexualidad. Su casa, el gimnasio y sus relaciones son su hogar y ellos encuentra afecto, seguridad y familiaridad.
Candela vive con dos de sus hijos, sus nietos y 6 perros en una vivienda del barrio de Lavapiés. Habitualmente acuden a comer a su casa algunos vecinos que viven en soledad en otras casas del barrio. sus comidas son espacios de reunión en los que se crean tejidos colectivos de reciprocidad y solidaridad.
Carlos y Marina dedican no menos de 8 horas diarias a la música. En parte en el conservatorio, pero también en sus casas. Con la música experimentan sensibilidades personales y haciéndolo llegan a formar parte de redes colectivas. Su intimidad y su vida social se articulan a través de la música, no existe un divorcio entre lo doméstico y lo público, ambos se dan imbricados en una misma actividad.
Manolo vive con su mujer en un piso de Vallecas. Trabaja como editor de una revista de pensamiento crítico vinculada a una organización que desarrolla proyectos sociales. Desde el despacho de su casa gestiona contenidos políticos de la revista. Su hogar no es una republica independiente, sino precisamente el lugar desde el que participa de lo colectivo.
Nayana vino a España buscando oportunidades de formación y trabajo. Su matrimonio no perseguía el objetivo de afianzar su relación de pareja, sino el de aportar un marco de legalidad a sus proyectos profesionales. Su intimidad doméstica se ha conformado por la manera en que públicamente se imaginan la relaciones interpersonales.
Toñi vive sola en un piso del barrio de Vallecas, canta junto a Manolo en la chirigota “los de siempre y uno más”. Con la chirigota planifican viajes, cenas y diferentes celebraciones personales importantes. No son una familia, pero en la chirigota se sienten como en casa.
Paco comparte casa con un amigo en el barrio de las tablas, no tiene hijos y jamás ha pensado en formar una familia. Los fines de semana pasa el rato con sus amigos tocando la guitarra en un parque de Lavapiés.
Berta vive en una Nave Industrial ocupada por una comunidad de mujeres lesbianas en el que desarrollan un proyecto de economía compartida, tareas colectivas y autogestión. Entre ellas no solo se ocupan de las necesidades materiales sino también de los cuidados y procesos emocionales.
La segregación de lo doméstico y lo público promueve cotidianeidades despolitizadas.
El hogar ha sido pensado y proyectado como un espacio de desconexión política. Como el lugar desde el que olvidarse del mundo, un lugar familiar en el que encontramos aquello que conocemos: la República Independiente de tu Casa.
Pero existe otra forma de construir la cotidianeidad en la que lo hogareño es el escenario en que encontrarse con lo que nos es diferente, con lo que no nos es familiar. Decidiendo si tomamos la píldora, el reparto de labores domésticas, la separación de la basura, emergemos como ciudadanos por medio de posicionamientos controvertidos.
Este es el espacio público que proponemos, IKEA Disobedients, los que desobedecen a IKEA. No es un espacio público neutral. Aquí la discusión se instala en los mismos tejidos de los afectos.
Juan
Pienso que no es IKEA, sino la sociedad que hemos construido. Del mismo modo podemos hablar de Apple, Coca-cola o distintos anuncios de cerveza. Está claro que a veces la realidad no vende y es necesario forzar situaciones. Ríe y todos reiran contigo, llora y llorarás solo.