La comida en la arquitectura

Últimamente se le ha dado una gran importancia a la comida ya sea por parte de los medios con programas como Masterchef, por las millones de fotos de comida que hacemos en Instagram o las rutas gastronómicas o concursos de tapas que se organizan en las ciudades. Desde luego todo esto tiene cierta relación con la arquitectura, tanto en el diseño de platos de la comida contemporánea, en los contenedores de estas actividades, como mercados o restaurantes.

Tanto la arquitectura y el arte en también pueden ser cómplices de esta relación con la comida, como lo hizo Gordon Matta-Clark con su happening celebrando el aniversario del puente de Brooklyn con el famoso Pig Roast o su restaurante FOOD, el cual funcionaba como una cooperativa de artistas en la que cada día cocinaba alguien distinto.

La semana pasada visité la ciudad de Roma, ademas de ver las cosas iconicas, las toneladas de turistas con palos de selfie y ver como el centro de Roma se ha convertido en la ciudad anuncio con varios de sus monumentos llenos de vallas publicitarias. Me dedique a buscar sitios de comida que fuera buena y barata. ¿Qué es una visita a una ciudad si no vas a probar la comida tipica y en sitios donde comen los residentes de la ciudad? Pero todo esto me llevo a visitar el MAXXI, el cual tenia una exposición llamada «Food dal cucchiaio al mondo» –de la cuchara al mundo-, una exposición que va hilada con la EXPO Milano 2015, bajo el lema “Alimentar el planeta, Energía para la vida”. Pese a que no sea otra exposición de vanidades, como lo describía Jacques Herzog en Uncube magazine, o como pabellones como el de México engañan en horrenders que en la realidad se ven peor.

el totomoxtle se veía mal en la perspectiva del concurso, pero lograron hacerlo verse peor : https://t.co/9PrnVMQtDq pic.twitter.com/E09vAemyCM

— alejandro hernandez (@otrootroblog) junio 2, 2015

Una exposición para contar
cómo la comida pasa por cambios y afecta
el cuerpo, la vivienda, la calle, la ciudad y el paisaje
en todo el mundo.

Una exposición bastante completa que intenta alcanzar todas las escalas y relacionarlas con la comida. Cuenta con muchos ejemplos dentro de cada una, desde el diseño de una habitación para la ceremonia del té, hasta la Bóveda Global de Semillas de Svalbard.

Pero aún así, yo añadiría cosas como el Gazpacho de Límites de Daniel Fernandez Pascual.

Ferran Adrià y elBulli Foundation, con su creatividad y sed de innovación que debería ser un incentivo para todos los arquitectos de no parar de innovar e investigar.

La propuesta del estudio mexicano Anónima, con la investigación entre la gastronomía y la arquitectura: un intento por vivir la gastronomía: olerla, degustarla, sentirla, conceptualizarla. Generar la infraestructura necesaria para mantener la designación de la gastronomía mexicana como patrimonio oral e inmaterial de la humanidad por parte de la organización de las naciones unidas para la educación, ciencia y la cultura [UNESCO].

Increasing Disorder In A Dining Table de los arquitectos Sarah Wigglesworth y Jeremy Till. Documenta la progresión de una comida de una mesa, a través del tiempo de la cena, desde los restos de platos sucios y servilletas arrugadas que confronta el anfitrión después de que el último cliente se ha ido. O a la inversa, si se lee de izquierda a derecha.

La instalación Indigestion de Diller + Scofidio, donde los espectadores pueden experimentar una performance de un comedor tanto de la perspectiva del diálogo de los comensales (una pista de audio) y sus movimientos de manos proyectados sobre la superficie plana de una mesa de la cena.

Como acotar un croissant por Enric Miralles.

El Basque Culinary Center de Vaumm en San Sebastian. Que sirve de contenedor para los futuros chefs e investigaciones sobre la cocina vasca.

Podemos aprender mucho sobre la comida y la arquitectura, una puede complementar a la otra, ya sea en inspiración o en metodología, sin caer en la receta. Pero entendamos la comida en todos sus aspectos, desde su generación hasta sus desechos como una necesidad y como un elemento a tener en cuenta y no tanto como excusa para generar proyectos arquitectónicos.

“Nuestra experiencia sensorial del mundo se origina en la sensación interior de la boca, y el mundo tiende a volver a sus orígenes orales. el origen más arcaico del espacio arquitectónico está en la cavidad bucal ”
Juhani Pallasmaa