el club de los fisgones

No hay dí­a que no me sorprenda el potencial de internet, por cuestiones profesionales y de ocio parte de mi vida transcurre entre el ajetreo de buscadores, websites, webmail, redes sociales, prestadores de servicios online, etc. y todo lo que vaya surgiendo, porque esto no va a parar… Pero hay un tema que me resulta muy inquietante, la recopilación de datos que se hace sistemáticamente cuando usas internet en actividades cotidianas.

Ixquick, es un motor de búsqueda holandés que permite hacer las búsquedas de manera confidencial y se compromete a borrar la información que recopila de sus usuarios en 48 horas (google los almacena durante dos años).

Mucho se escribe ultimamente de facebook, de su polí­tica de privacidad, de la recopilación de datos de carácter personal, temas de interés, inclinaciones polí­ticas, culturales… del posterior mercadeo de datos para empresas de marketing y estudios sociológicos y de la complejidad y falta de legislación a nivel global.

En realidad seguir nuestro rastro digital parece ser bastante fácil, navegar por internet no es anónimo. Por citar algunos ejemplos de monitoreo y rastreo de la actividad en internet: la plataforma de correo online gmail con su publicidad contextual, escanea el correo para «personalizar y adecuar» a tus intereses los anuncios que aparecen en tu interfaz. Cuando utilizas un buscador hay datos que quedan registrados como sitios que visitas, términos de búsqueda usados, dirección IP, etc. Las cookies que se almacenan en el disco duro a través del navegador cuando visitas una página web, permiten un control de usuarios, mantener preferencias, también conseguir hábitos de navegación e intentos de spyware, los foros que cualquiera puede consultar…

Son ejemplos del tráfico de información que generamos con cualquier actividad online, parte de la información permite mejorar aspectos técnicos y de calidad, pero también hay abusos y malos usos en la recopilación de información al no existir una polí­tica uniforme sobre privacidad.