Futurismo o futurologí­a

<<ARTICULO>>

En el más reciente número de “The World in 2008”, la edición annual del Economist acerca de las predicciones y trends por venir, Robert Cotrell, nos hace una reflexión en cuanto al futuro de las predicciones. La futurologí­a o lo que más recientemente se ha dado por llamar futurismo se encuentra en horas bajas, el ritmo de los cambios ha levado al os futuristas a aventurarse menos sobre lo que pasará para convertirlo en “historias” de lo que “podrí­a pasar” en lugar de lo que pasará.

Hace un par de semanas en una conversación de cocktail comentaba con una amiga una serie de condiciones quizá puntuales, quizá incidentales pero que pueden tener relevancia en la práctica profesional, sobretodo a un nivel local:

El cierre de la llave municipal por via de Ruiz-Gallardón, los fiascos recientes en la adjudicación de los concursos abiertos, los dichosos cambios de en las áreas de acción debido a las titulaciones de bolonia, la ubicua amenaza de la mentada crisis; hace que ahora más que nunca la reflexión acerca del futuro de la profesión de arquitecto se vea dividida a dos posibles escenarios:

a.- pragmatismo especulativo

b.-
intelectualismo



Del primero, la linearidad absoluta de la propia postura es más que autodescriptiva.

De la segunda, la condición de menores oportunidades de trabajo, trae consigo un advenimiento de los ejercicios de reflexión y trabajo teorico, así­ pues la participación en concursos de ideas es más elevada, la reflexión acerca de posibles escenarios alternativos de trabajo, más intensa, y la especulación acerca de los lí­mites del ejercicio de la profesión, más reiterada.

Sin embargo, de qué sirven estos escenarios de fertilidad intelectual, sin una clase polí­tica y gobernante educada, visionaria y capaz de tomar ventaja de una condición de debate y discurso pontencialmente renovadora; con una oportunidad de establecer un necesario cambio de fondo y la propensidad a abordarla por diversos profesionales cualificados.

Como era de esperar, una importante parte del futuro no está en nuestras manos, o sí­? el encontrar diversas formulas de incrementar el valor añadido que podemos aportar a una profesión en clara decadencia puede ser a la vez, una mina de oportunidades de diversa naturaleza, o la lápida que margine a la práctica a un servilismo técnico de soluciones preempaquetadas.

El Sr. Cotrell nos da 5 pautas de las cuales son 3 las que más me llaman la atención y creo que vienen más a cuento a esta reflexión:

* Pensar en Pequeño:

La condición de segregación de la sociedad en general, cada vez más en pequeños grupos o nichos y menos en una masa tonta y uniforme.

Alejate de las masas y de los Trends genericos y centrate en los nichos.




* Pensar a corto plazo:

Este punto quizá es más complicado de aplicar en una profesión como la nuestra en la que los tiempos suelen ser mucho más prolongados que en otras, pero qué demonios!! si de lo que se trata es de repensar la actividad, podremos seguir pensando en proyectos fuera de las convencionalidades de plazos de años, la propia condición de crisis y de mercado marcará cada vez más una exigencia a plazos y proyectos que puedan responder dinámicamente a estas condiciones cambiantes e impredicibles en las que nos movemos.

* Hablar menos, escuchar más

Esta es quizá mi favorita, irónicamente al ejercicio incidental de mi labor, soy persona de pocas palabras, en la fabulosa conjetura histórica que nos tocó vivir, cualquier persona medianamente inteligente tiene a su servicio y acceso la mayor cantidad de información en la historia de la humanidad, información reservada antigüamente solamente a poderosas élites y fieros especuladores de la información.

Una sociedad bien informada espera de sus miembros una actitud más proactiva y propositiva, al tener todos el acceso a las mismas fuentes, la labor de análisis / sí­ntesis y la la subsecuentes conclusiones que se hagan con estos elementos, es la que marcará ese codiciado “valor añadido” que permitirá establecer una diferencia con el resto.

El Homo-erectus fué una especie que ya usaba herramientas primitivas pero continuó usándolas durante más de un millón de años sin apenas un poco de sofisticación, algo más cercano a la forma en que los pájaros construyen sus nidos, casi una reacción natural, inconsciente.

El Homo-Sapiens, sin embargo en un periodo muy corto de tiempo comenzó a enterrar a sus muertos, crear ropas que le protegí­an de los elementos,a desarollar estrategias de caza más sofisticadas, y a pintar en las cavernas.

La teorí­a evolutiva llamada “The Great leap forward” (El gran salto adelante) sostiene que el paso del homo-erectus al homo-sapiens se debió principalmente a la capacidad de poder intelectual superior que le otorgaban cuatro caracteristicas:

* Pensamiento abstracto (conceptos libres de ejemplos especí­ficos)

* Planeamiento/planeación (lograr un objetivo, a base de pasos o etapas)

* Innovación (encontrar nuevas soluciones a problemas existentes)

* Comportamiento simbólico (participando en rituales y creando deidades simbólicas)

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La información está allí­ para ser usada, transformada, la condición de cambio está latente. La figura del arquitecto, puede seguir ofreciendo soluciones técnicamente viables y seguras como lo ha venido haciendo a lo largo de la historia (quizá no mucho más precisas de las que pueda ofrecer una titulación similar) o dar ese gran salto adelante y convertirse en un “knowledge worker”, la conjetura económica global lo demanda.

Los “knowledge workers” aportan valor a la mera “información” la convierten en materia prima para transformarla y producir con su tiempo y su atención (sus recursos más valiosos) opciones que pueden proveer a la sociedad con innovadoras sendas alternativas.

La profesión está en su mejor momento:

Señores bienvenidos a la selección natural, la supervivencia del más apto.



edgargonzalez

26 nov 2008

4 thoughts on “Futurismo o futurologí­a

  1. pierrenodoyuna

    Me interesarí­a sabe cuáles son esos recientes fiascos en concursos abiertos de los que hablas…

    Por una vez estamos de acuerdo en algo, aunque no estoy seguro de si por las mismas razones.

  2. SAM

    Ojalá y como dices, los más aptos tengan su "chance". Yo confí­o en ello.

    Aunque en tiempos dificiles los más aptos lo tienen realmente complicado frente a los más protegidos y establecidos. Decí­a Saenz de Oiza hablando del reconocimiento a su propio trabajo que "el éxito y la obra y la validez de uno no tienen porqué coincidir".

    Tras lo cual se concluye que, junto a la aptitud , el optimismo y la perseverancia son hoy dí­a herramientas más que indispensables para poder hacer frente a los nuevos retos.

  3. Erick F

    Excelentí­simo post, aunque me gustarí­a haber visto las otras 2 sugerencias del señor Cotrell ante estas condiciones y escenarios.

    Por cierto Edgar no hay algíºn Link que podamos seguir para ver el artí­culo del "Economist"??

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