Un equipo de jóvenes diseñadores/programadores web han dado un giro en el tiempo de 180º. Sí, sí, en el tiempo. A partir de ahora, cuando te pregunten la hora, podrás sacar tu smartphone del bolsillo para consultarla (como hasta ahora venimos haciéndolo la inmensa mayoría de nosotros, desde que los mismos se han convertido en un órgano más de nuestro cuerpo) y decidir si respondes en «horas y minutos» o en «RGB».
El proyecto, convertido en página web, toma el nombre de «Time to RGB», haciendo alusión al paso del tiempo horario al código decimal de color equivalente. La fórmula mediante la cual se hace la conversión toma el tiempo real (presente) y lo divide entre su valor más alto para multiplicarlo después por 255.
Hasta el momento, si nos dicen la palabra «reloj», nuestro subconsciente nos enviará imágenes de un reloj de sol, o de arena, uno analógico, digital… todos ellos son instrumentos que han servido a lo largo de la historia para medir el paso del tiempo. Todos crecimos felices aprendiendo a leer las horas y los minutos mirando manecillas que giraban incesantemente en torno a un punto fijo o dígitos en una pantalla LCD. Pero, en estos últimos años, hemos sido testigos (y por lo que parece seguiremos siéndolo) del ingenio de algunos visionarios que nos están descubriendo nuevas formas de medir el paso de las horas.
La evolución que están experimentando los relojes en estos últimos tiempos puede analizarse desde dos puntos de vista diferentes: el diseño o el modo de escritura/lectura.
En cuanto al diseño, podríamos encontrar infinidad de «nuevos relojes»… aunque, en un sentido estricto, el 99% de los mismos siguen teniendo un sistema analógico, digital o combinado como trasfondo de su mecanismo. Pero, en realidad, los más interesantes son los que implican un proceso de aprendizaje por parte del usuario, los que introducen nuevas variables para modificar los modos en que tradicionalmente hemos leído venido leyendo la hora.
Pongamos un par de ejemplos (que seguramente a todos nos suenan de algo). A las puertas del siglo XXI y con un acceso a internet prácticamente universalizado, una famosa compañía suiza de relojes propuso una nueva unidad de tiempo: el «beat». Con ella, los husos horarios que dividían el mundo desaparecerían para siempre. Había llegado el horario universal!!! Un día equivalía a 1000 beats (@1000) y, con referencia al BMT (Meridiano de Biel, Suiza), dos personas en puntos opuestos del globo terráqueo estarían viviendo la misma «hora Internet». Unos cuantos años más tarde, en 2008, surgen los relojes binarios… para matemáticos de mente más que ágil.
¿Qué nos deparará el futuro? Esperaremos pacientes a que el tiempo pase y nos muestre más ingenios. ¿Quién sabe…? Al igual que el reloj de arena, el de péndulo o el de quarzo han tenido su momento glorioso en lo que llevamos de Historia… ¿quién dice que el reloj del futuro no esté aún por inventar?
Por lo pronto, los creadores de este curioso reloj recomiendan visitar la web entre la medianoche y la 1 de la madrugada. Habrá que pasarse por allí, a ver qué ocurre… ¿no? 😉
* Visto en: Jonathan Haggard website *
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