Tacheles se cierra

Si la okupación en Berlín tuviese nombre propio, éste sería Tacheles.

Tacheles ha sido, hasta hace pocos días, un emblema de la libertad de expresión y de la cultura (subcultura) berlinesas. Daba nombre al edificio okupado en pleno corazón de la capital alemana, en el céntrico barrio de Mitte, en el cual durante más de 20 años ha negociado y mantenido su permanencia. Este gran edificio, de fuerte estructura de hormigón aunque parcialmente demolido y con un pasaje enorme que conecta la calle con el patio interior, esta catalogado como monumento histórico.

Tacheles fue en sus inicios (principios del siglo XX) un gran centro comercial, más tarde se convirtió en oficinas durante el régimen nazi y tras la II Guerra Mundial sirvió como almacén. La historia de esta casa okupa comienza con la reunificación alemana: Muchos edificios quedan vacíos debido a la desaparición de antiguas empresas estatales y a la migración hacia la zona occidental.

En 1990 se llenó de artistas que hicieron del sitio un auténtico centro de creación. Desordenado pero vivo. Anárquico, libre, sede central de talleres de trabajo de la más diversa índole, los okupantes han luchado por su supervivencia hasta que finalmente, hace unos días, se rendían y entregaban las llaves a su propietario.

Tacheles pasará a tener nueva vida. Los 24.000 m2 de solar tienen nuevo dueño y un futuro auguramos algo distinto a estos últimos años. Este hecho alimenta aún más la gentrificación importante a la que se está sometiendo constantemente ciertos barrios de la ciudad. Las personas se mueven, y con ellas, su cultura. Y aunque la casa Tacheles había ido conviertiéndose cada vez más en un foco de turistas y ya cada vez menos se respiraba el ambiente auténtico y original de creatividad libre, este símbolo de cinco plantas de lucha por la autonomía de gestión ha llegado a su fin.

 

 

 

Fuentes: 1, 2 y 3